El sueño de adelgazar

Llega el próximo verano y queremos cumplir un sueño: adelgazar sin esfuerzo y no recuperar jamás los kilos perdidos.

No se trata de comer poco o no comer, se trata de comer bien.

Cada gramo de grasa equivale a 9 calorías. Por lo tanto, perder un kilo de grasa supone perder 9.000 calorías y hay que tener presente que aproximadamente hay un 10% de agua retenida en esa grasa.

Son simples matemáticas: para perder un kilo de grasa, hay que conseguir gastar 8.000 calorías o reducir los aportes a través de la alimentación en esas 8.000 calorías.

A nuestro organismo no se le engaña así tan fácil. Las dietas que restringen las cantidades de alimentos agravan la situación.

Hay que dejar que el cuerpo ingiera lo necesario, controlando qué alimentos no le convienen a su metabolismo en ese momento.

¡Ah!… importante y que siempre se olvidan: hacer ejercicio físico o caminar para hacer uso correcto de las calorías consumidas y gastadas.

Cuando comemos, una pequeña zona del cerebro encargada de regular la ingesta de calorías, el hipotálamo, cuenta las calorías ingeridas. Si disminuyen al estar a régimen, el hipotálamo lo registra y entra en “modo hambruna”. Eso quiere decir que da al organismo la orden de hacer todo lo necesario para ahorrar energía.

Sobre todo reduce la cantidad de agua en el cuerpo, la masa muscular, dado que los músculos consumen mucha energía y la densidad ósea.

También almacena grasa, no sólo como reserva de energía para poder hacer frente a las necesidades futuras.

Un cuerpo al que se le suministran menos calorías tiende, por tanto, a reducir automáticamente su masa muscular y ósea.

Para adelgazar de verdad, de forma duradera y saludable, debe saber cómo funciona su cuerpo y ayudarle a adelgazar, haciendo para ello los cambios necesarios en sus hábitos.